A todos los nazarenos que habéis alumbrado el camino del Señor de la Buena Muerte y de nuestra Madre de las Angustias, a los penitentes que tras el Cristo han portado su cruz, a los pequeños del tramo infantil que es el futuro, ya presente, de nuestra hermandad , a los acólitos que alumbran e impregnan de olor el paso de la hermandad, a los servidores que por fuera han estado pendiente del cortejo para que todo fuera correctamente, a los fiscales y celadores por su trabajo incansable para dirigir los tramos de nazarenos, a las mantillas y a los costaleros y capataces de nuestras cuadrillas por el gran esfuerzo, coraje y amor por nuestros titulares que han demostrado.
Sin vosotros Angustias no sería lo que es, ya que como dijo el pregonero del pregón extraordinario.
No hay HERMANDAD sin TITULARES ni HERMANOS
