Es José María Hervás Benet quien, en 1951, realiza un paso para la Virgen de las Angustias con moldurones dorados de corte barroco. El 6 de abril de ese año, el diario Yugo lo describía así: "la carroza para la Virgen de las Angustias es una imitación al estilo barroco. Lleva en sus esquinas cuatro preciosos faroles. En los planos laterales unos relieves, magníficamente logrados, estampas de la Pasión, adornados con dos ángeles realizados en talla. En el frontal, el emblema de la Pasión. Es un conjunto de abundante talla en dorado, que representa un aspecto majestuoso y en el que el escultor ha sabido lograr en motivos y en decoración una obra de auténtico arte religioso".
A finales de los setenta se aprueba el encargo de un nuevo paso al tallista almeriense Antonio Marín Lupión, lo que se produce en 1982 con la realización de uno nuevo que sigue las trazas del antiguo y del que, no en vano, llevaba incorporadas algunas tallas. Este paso se doró en 1985 y se realizaron dos candelabros de guardabrisa que se estrenaron esa Semana Santa. Precisamente al cumplirse 25 años de la ejecución de aquel paso la Hermandad decidió cedérselo a la de San Sebastián, de Gérgal.