miércoles, 3 de abril de 2019

Bendición de un nuevo conjunto de saya, pecherín y mangas para el ajuar de la Santísima Virgen

Este sábado 6 de abril, al término de la Función principal de Instituto, se procederá a la bendición de un nuevo conjunto de saya, pecherín y mangas a doble cara bordado en oro sobre terciopelo negro que pasará a engrosar el ajuar de Nuestra Señora de las Angustias y que ha sido realizado por el bordador cofrade almeriense Don José Luis Galetti cumpliendo el encargo encomendado por la Hermandad para culminar la conmemoración del LXXV Aniversario de la hechura y bendición de la Santísima Virgen.



El conjunto, de estilo barroco, está bordado en hilo de oro fino y orlado con galón de oro y seda, y en él aparecen representados diversos elementos ornamentales marianos que la Hermandad ha querido resaltar:

En primer lugar, la concha de vieira recuerda, por una parte, la humildad de aceptar la imposibilidad de conocer racionalmente la totalidad de la riqueza de Dios y, por otra, que nuestra vida debe ser un constante peregrinar tras las huellas de Jesús por los caminos del mundo hasta el encuentro definitivo con el Señor de la Buena Muerte y llevar así el testimonio de muestra fe en el Dios uno y trino, vivo y verdadero. Igualmente la concha es un guiño al mar y a ese espejo del Mar que es la ciudad de Almería y una declaración de amor a la que fue concebida sin la mancha del pecado original. 

En segundo lugar nos encontramos con la granada, que no sólo rememora la ciudad de la Alhambra, cuna de aquellos primeros hermanos que fundaron en 1.941 la Hermandad de las Angustias, luego fusionada con la preexistente Congregación de la Buena Muerte, sino que alude a la Iglesia por la propia composición de la fruta, que representa una gran unidad interior compuesta por una infinidad de semillas que conforman un solo fruto. De igual manera, la Iglesia está compuesta por un sinnúmero de fieles que constituyen una sola Iglesia. La granada interpreta, además, la inmortalidad y la Resurrección cuando aparece en manos del Niño y de castidad en manos de la Virgen, siendo también símbolo de poder, pues tiene la forma del mundo y de modestia, jugosa y rica por dentro, pobre en su apariencia externa

Siguiendo con los elementos ornamentales presentes en el bordado, hallamos la flor de lis, que no es sino una representación de la flor del lirio. Los lirios insisten en la pureza que María conservó entre los pecados del mundo: «yo soy la flor del campo y los lirios de los valles», siendo, además, uno de los atributos de San José, patrón de la Buena Muerte, en cuyo bastón, según dice una leyenda, habrían florecido uno o tres lirios (el brote de José). La blancura de la flor refleja la pureza de la que es Inmaculada desde su concepción, mientras que los tres pétalos simbolizan la triple virginidad de la Madre de Dios antes, durante y después de dar a luz a Jesucristo. También refleja ese símbolo trinitario la triple acción de Dios Todopoderoso en la “llena de gracia”, “Lirio blanco de la Trinidad”, ya que contiene en sí, con mayor plenitud y perfección que cualquier otra criatura, las virtudes de la Santísima Trinidad, las cuales nunca había manchado ni con la más mínima mancha de pecado: la hoja recta del lirio representa la omnipotencia de Dios Padre y las dos hojas inclinadas la sabiduría del Hijo y el amor del Espíritu Santo, a los cuales se aproxima tanto la Santísima Virgen.

Por último, las azucenas son símbolo de elección -“la elegida del Señor”- y del abandono a la voluntad de Dios, es decir, a la Providencia, que provee a las necesidades de los seres humanos, y abundan en el significado de la virginidad y la pureza de María, a quien se la adorna con esta bella y delicada flor, símbolo de la inocencia, pureza, gloria y majestuosidad. Hay tres cosas que distinguen a esta preciosa flor de las demás: se yergue como una princesa; su limpia corola celosamente tiende a abrirse solo a los ojos del sol brillante y las estrellas, luchando por distanciarse de la sórdida tierra para elevar toda su fragancia a los cielos; y es extremadamente sensible, una mota de polvo es suficiente para ensuciar su blancura, y esto es precisamente lo que la convierte en inimaginablemente bella. La azucena expide un aroma tan delicado y encantador que perfuma todo lo que está a su alrededor. ¡Así es el perfume de un alma pura!



Para este bordado, realizado sobre terciopelo negro, color del duelo y dolor por la pérdida del Señor, se han utilizado las técnicas de cartulina, hojilla y muestra armada, así como distintos tipos de puntadas, como son zetillo, zetillo doble, medias ondas, puntitas y zig-zag, perfilando los elementos bordados con torzal, sedas y giraspes. Como elementos de enriquecido del bordado se han utilizado lentejuelas, huevecillos, canutillo, canutillo inglés, swarovskis y mostacillas de plata.



El conjunto, Dios mediante, será estrenado por la Madre de Dios en la estación de penitencia del próximo Jueves Santo.
Establecida canónicamente en la Iglesia Parroquial de San Juan Evangelista de Almería







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